Los prematuros extremos, aunque con peso y talla adecuados para su edad gestacional, pueden presentar las mismas patologías al igual que los PEG, dado que han tenido ambiente intrauterino poco favorable, que generó la prematurez.
Estos niños que nacen pequeños o prematuros extremos, deben recibir atención especializada desde temprana edad, especialmente un plan nutricional sin excesos, para así evitar el sobrepeso, la obesidad y los riesgos metabólicos futuros. Los niños que logran su reatrapaje de peso y talla, deben estar bajo vigilancia estricta y continua para evaluar signos de resistencia a la insulina y hacer las intervenciones necesarias, para evitar el progreso hacia una diabetes tipo 2.
Al mismo tiempo se debe vigilar el nivel de colesterol y triglicéridos, tensión arterial para evitar los eventos cardiovasculares a temprana edad. En cuanto a los niños que no logran su reatrapaje temprano, corren el riesgo de tener una talla final baja.
En el 2007 se publicó un consenso de la Sociedad Americana de Endocrinología, donde se recomienda el inicio temprano de la hormona de crecimiento. La FDA ( agencia norteamericana de medicamentos y alimentos ), sugiere iniciar el uso de la hormona de crecimiento desde los 2 años de edad, una vez se evidencia la falta de reatrapaje de la talla, mientras la EMEA ( la agencia europea de medicamentos), recomienda el inicio desde los 4 años y hasta finalizar el crecimiento.
Se ha visto que los niños que no presentan reatrapaje y reciben tratamiento con la hormona de crecimiento, presentan menor incidencia de alteraciones metabólicas y cardiovasculares en la edad adulta. No solamente hay efecto benéfico sobre la talla final con el uso de la hormona de crecimiento, sino se ha visto también un efecto favorable sobre el perímetro cefálico y el coeficiente intelectual en los neonatos prematuros extremos.
En conclusión, nacer pequeño genera varios riesgos sobre la salud futura del niño, tanto los que reatrapan como los que no lo logran ya que pueden padecer estas alteraciones en menor o mayor grado. Una estricta vigilancia y seguimiento a estos pacientes, puede modificar y mejorar el pronóstico tanto de su talla final como de su estado metabólico adulto.
Referencias :
1. Small for gestational age: short stature and beyond. Saenger P, Czernichow P, Hughes I, Reiter EO. Endocr Rev. 2007;28:219–51.
- Management of the Child Born Small for Gestational Age through to Adulthood: A Consensus Statement of the International Societies of Pediatric Endocrinology and the Growth Hormone Research Society P. E. Clayton, S. Cianfarani, P. Czernichow, G. Johannsson, R. Rapaport, and A. Rogol . J Clin Endocrinol Metab 92: 804 – 810, 2007